jueves, 31 de enero de 2008

¿TRAVIATA EN LA SCALA?



Bueno, bueno, bueno. Me acaban de comentar algo que si se cumple sería la pera limonera...Después de que Marcelo Álvarez cancelara sus compromisos con La Scala, el Chénier quedaba algo cojo, y "parece ser" que planean cambiar el título por una Traviata con Mariella Devia, Josep Bros y Renato Bruson. ¿Será verdad?



La primera cosa que me vino a la mente fue la pobre Cedolins, que debutaba (creo) la Maddalena de Coigny...Pero parece ser que La Scala tuvo la deferencia de pedirle primero si cantaría de nuevo Butterfly. Pero la soprano, que segun dicen estaría embarazada, ha declinado la oferta. Reciclando a Bruson, y haciendo no-se-qué con el resto del reparto, parece que han solicitado la ayuda de la più grande para salvarles en cuello con dignidad. Y Bros, que no había podido cantar la Stuarda por cuestiones de fecha y no quería rechazar otra oferta de La Scala, va a tener que, parece ser, cancelar las 3 funciones del Requiem de Verdi en Madrid.




Supongo que si esto es cierto, saldrán pronto más noticias. Es todo lo que sé...

martes, 15 de enero de 2008

jueves, 10 de enero de 2008

RIAL, JAROUSSKY Y EL SEICENTO

Tengo debilidad por las canciones del primer barroco italiano, y si se cantan de este modo más todavía...



Era Nuria Rial, cantando "El me tira" de Tarquinio Merula.

Ya los textos son obras de arte en sí, poesía pura, y la música, tan elegante, tan sincera...Además, creo que es un momento ideal para acercarse a este repertorio, porque hay muchos grupos que están atreviéndose con valentía a desempolvar composiciones similares e idear deliciosos acompañamientos que se alejan de la rigidez del continuo estricto. Es cierto que algunas resultan más atractivas si se interpretan con sobriedad, pero la mayoría, sobre todo las de ritmo frenético como las chaconas, enganchan más si se añade el arpa, otros instrumentos de cuerda, la percusión, etc. Para muestra...



Philippe Jaroussky, cantando "Accenti Queruli" de Giovanni Felice Sances.

De todos estos grupos, mi preferido es sin duda L'Arpeggiata, con Christina Pluhar a la cabeza. Sus discos son verdaderas joyas, y esa fusión que hacen con la música popular es maravillosa. Os dejo un link de myspace para que quien quiera, pueda bichear un poco.

http://www.myspace.com/larpeggiatachristinapluhar

Hoy vamos a quedarnos con dos compositores, Tarquinio Merula y Claudio Monteverdi. Del segundo no hace falta que hable, pues de sobra lo conocemos todos, es el maestro de los maestros, y autor de esta insuperable maravilla...




De Tarquinio Merula (1627-1665) hablaré, pero escasas líneas, las justas para decir que compartió tierra natal con Verdi, pues nació en Busseto (se creía nacido en Cremona, patria de Monteverdi, hasta hace poco), y fue organista y violinista, además de Maestro di Capella en varias ciudades italianas (Bergamo, Venecia, Cremona, etc) tras trabajar en la corte polaca de Sigismundo III Vassa. Compuso una única ópera "La Finta Savia", con libreto de Giulio Strozzi, que fue a su vez supuesto padre de una de las compositoras más brillantes del barroco italiano -y otra debilidad- Barbara Strozzi. A ésta le dedicaré un post completo porque tiene un lugar especial en mi corazón.

De Merula hay varios discos recomendables, pero el que tiene un compendio más interesante y un acompañamiento que hace justicia a las obras interpretadas es uno con Montserrat Figueras (cuando aún se la podía escuchar) y su señor esposo. De todos modos, para disfrutar más de mi canción preferida de Merula, volverermos a la superlativa Nuria Rial, que junto a L'Arpeggiata, canta "Folle è ben che si crede"



Pero vamos a terminar con alegría ¿no? que viene el fin de semana. Volvemos a D. Claudio, y una canción con nuestra pareja protagonista de hoy que no os podréis quitar de la cabeza.



Bueno, y de mi deblidad por Philippe Jaroussky y Nuria Rial no creo que haga falta hablar mucho después de lo escuchado. Supongo que no seré el único...

Schubert y García para empezar 2008

El Maestranza ha empezado el año con una recuperación que quizás debió haber tenido un poco más de proyección, porque no he leído nada por aquí que hiciera referencia al estreno de "La Mort du Tasse", una ópera que Manuel García compuso en Paris en 1821 y que desde entonces no se representaba en ningún teatro del mundo. La música tiene muy poco que ver con el García que veníamos escuchando últimamente, pudiendo pasar por una de esas óperas de Spontini o Cherubini que de vez en cuando aparecen y que si bien tienen momentos inspiradísimos, otras veces nos aburren un poquitín. La obertura es fabulosa, y los momentos corales imponentes; además, el tercer acto tiene una escena para tenor precidida por el arpa (deliciosa) que me gustó especialmente.

Los cantantes estuvieron a la altura de las expectativas en su mayoría, al menos los tres solistas, por lo que salimos mucho más contentos que del malogrado Quijote de hace dos temporadas. Yolanda Auyanet, resfriadísima, tuvo problemas para proyectar su bellísima voz de lírico-ligera, y José Ferrero, Tasso, empezó muy lanzado para desinflarse al final, justo cuando tiene que dar lo mejor de sí.

Pero la gran sorpresa fue descubrir lo bien preparada que está la Orquesta Joven de Andalucía, y sorprende que el Teatro Villamarta, por ejemplo, contrate a otros conjuntos en vez de a estos chicos para las óperas que viene representando. Sus motivos tendrán, digo yo...

Esta semana toca "Die Schöne Müllerin" por partida doble, el martes escuchamos a un descafeinado Mark Padmore en la Sala Turina, un sitio al que me encanta ir a escuchar música de cámara ( y además al lado de casa) y el domingo en el Maestranza lo hará Nathalie Stutzmann, que seguro que me convence más.

Y ahora, para despedirme, el primer lied del ciclo, "Das Wandern" por Jonas Kaufmann... ¡Qué lo disfrutéis!

martes, 1 de enero de 2008

DESPIDIENDO 2007 ENTRE CENIZAS

¡Feliz 2008!

Pues sí, las dos últimas noches del 2007 las pasamos entre cenizas, y es que estas navidades, en vez de empacharnos de turrón nos vamos a empachar de Cenerentolas. Primero la del Covent Garden, y ahora las del Liceu y de la Ópera de Zurich.

El día 30 pudimos ver en directo la tercera función del que seguramente sea uno de los títulos de la temporada en Barcelona. Disfrutamos como enanos, con dos protagonistas redondos. Como ya Ximo, al que conocí junto a Federico unos minutos antes de entrar a la sala, o Mei han hablado bastante de esta Cenerentola (elegantísima Joyce di Donato, "astral" Juan Diego -como decía Paco-, y menos brillantes los demás) me centraré en la del día 31... Por cierto, que la idea de que Cenerentola lo sueñe todo al final me parece un poco paja mental.

Por fin cumplíamos el sueño de ver en escena una Cenerentola con Cecilia Bartoli, ¡formulado hace más de quince años!, y es que por una razón u otra, nunca habíamos podido ir a Zurich a alguna de las reposiciones del título que se han hecho ultimamente. Ni el frío ni la fecha nos iban a echar atrás esta vez, y con las uvas en la maleta, nos fuimos a Suiza.

Lo primero que hicimos tras almorzar fue ir directos al teatro, para quedar tranquilos de que no hubiese cambios de última hora; y allí estaba el cartel, confirmando que la Bartoli cantaba esa noche. Sin embargo, su novio Oliver Widmer estaba resfriado y no podría interpretar a Dandini. Mal menor, sí, pero habría tenido morbo ver a los dos en escena. Además el sustituto, José Fardilha, no era para tirar cohetes. En fin, después de comprar trufas en Sprungli (visita obligada, obviamente) y descansar un poco, nos esperaba -por tercera vez ya- "La Cenerentola".

Sí,definitivamente fue mejor dejar a Cecilia para el final, porque en este papel rival no tiene ni de cerca. Es suyo. Hace poco escuché en un documental decir a Mirella Freni que cuando se conoce el papel hasta la última nota, es mucho más fácil lanzarse sin red, y fue eso lo que hizo Bartoli anoche. Además se la veía disfrutar, reirse, participar de las bromas, etc, etc. Atenta hasta la última coma del último recitativo, con una línea deliciosa, matizando cada frase, coloreándola... Al final de la noche, el director de la Opernhaus Alexander Pereira salió a escena para felicitar el año, y se arrodilló ante ella. Un gesto que provocó el rugido de todo el teatro. Zurich la considera suya, no hay duda, es su casa.


A su lado brilló Carlos Chausson, mágnifico Magnifico, un actor cómico de primera y mejor cantante. Menuda interpretación. Otro que sabía lo que hacía, y un día así iba a divertirse además de trabajar, si no, escuchad esta morcilla al final del primer acto:


Antonino Siragusa no lo hizo mal, muy por encima de la media según mi opinión, pero claro, teniendo a Flórez tan reciente en la cabeza, pues no hay color. Maratón rossiniana la de este tenor, pues dos días antes estaba cantando Almaviva en la ópera de Viena, y a principios de mes Uberto de "La Donna del Lago" en Berlín. Lo peor, con diferencia, fue László Polgár como Alidoro. Si yo fuera él, me plantearía la jubilación seriamente.
La puesta en escena me gustó bastante, y mucho más el trabajo de actores. También la dirección musical de Ion Marin me pareció más redonda que la de Patrick Summers en el Liceu. Tuvo más chispa, jugó más con las dinámicas y atendió mejor a los cantantes.

¡Ah! y todo un detallazo del teatro el regalarnos champán al final. Centenas de copas esperándonos a la salida de la sala ¡y de cristal! Qué estupendo recuerdo, oye.